Miguel Hernández |
M. Hernández fue un poeta español alicantino que vivió durante el periodo de la Guerra Civil Española y perteneciente a la generación del 27.
Ya que estamos con el proyecto de poesía durante esta semana, sería bueno responder a la pregunta ¿Qué poesía?
Pues siguiendo a Bécquer podría responder: Poesía eres tú.
XXI
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía...eres tú.
Para ayudaros un poco, os voy dejando las instrucciones del proyecto de poesía + algunos enlaces que os solventarán muchas dudas :)
INSTRUCCIONES
Tiene 2 partes.
1- Memorización: Hay que elegir una poesía de Antonio Gamoneda y otra de Juan Ramón Jiménez. La combinación de dichas poesías son: Corta y Larga - Mediana y Mediana - Larga y Mediana - Larga y Larga.
Las podéis recitar (oralmente) el día que queráis y en cómo queráis hasta el día 28.
2- Trabajo: Hay que elegir dos poesías de Juan Ramón Jiménez para trabajar los conceptos de las páginas 114 - 134 - 152 - 172.
Las poesías serán primeramente escritas a mano en la libreta y trabajando los conceptos de las páginas indicadas. Después, con el visto bueno del profesor, se pasarán esas poesías a mano a cartulinas o folios individuales tamaño A4 (incluso, si caben, podéis incluir ambas en una misma cartulina). y se hará un trabajo parecido al del Principito. Es decir, se indicarán todos los conceptos y características de las poesías en la misma cartulina.
Estaría chulo que le dierais un toque en plan antiguo y de pergamino. PINCHA AQUÍ PARA VER.
¿Cómo se hace? Bien quemando los bordes o bien recortando de manera desigual y luego coloreando bordes con negro.
La combinación de dichas poesías son: Larga, Corta - Mediana, Mediana
DESCARGAR POESÍAS:
ENLACES
Sí queréis probar vuestros conocimientos os reto a analizar este poema MUY FÁCIL de Miguel Hernández - El niño yuntero -
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
DISFRUTAD DE LA POESÍA
Gracias
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